Cuando se es un artista? Se nace o se hace?

No creo que pueda generalizar ni encontrar la verdad absoluta  a estas preguntas.
Hoy, no me importa encontrarlas.
Porque quizás siempre el arte estuvo conmigo y la vida cotidiana no me permitió aflorarlo.
Y aquel 9 de mayo del  2009 (en mi cumpleaños número 56) en el taller Luli (*) cuando mis manos tocaron por primera vez la arcilla, húmeda y fría, quizás usadas por otras manos de la escuela (**),  me trasmitió la esencia fundamental  para “crear”
Fue una transferencia,  de ese pedazo de tierra  a mis yemas  y como un chispazo de corriente corrió por mi cuerpo, mi mente y mi corazón.
No sé de donde salió o si siempre lo tuve o fue un regalo divino, pero esas dos horas  haciendo mi primer “boceto” fue mágico, fui feliz.  No podía creer que mis manos  modelaran  y de lo que parecía al principio un bollo amorfo naciera algo con forma humana, era como el génesis.  No salió un “David”, a decir verdad, pero aun lo conservo como recuerdo de esa hermosa sensación de paz, de amor, de silencio… (cuando me anime pongo la foto de mi primer escultura jajajaja)
De ahí en más no me separe  de la escultura, aunque de corajuda a veces pinto. Seguí con cerámica con mi profe Vero (***) que me enseña a encontrarme con mi artista interior.
Ahora que pienso, porque estoy haciendo esta página, seguro que parte es por egocentrismo pero hay mucho de desear que cada uno que lee estas páginas, vean mis obras, entienda que se “puede”.
No importa la edad, nuestras historias, ni lo económico, ni el qué dirán, ni todos esos límites que nos hemos puestos solos o por el entorno,   cuando encuentres lo que realmente hace feliz a tu alma entera, “hazlo”

Patricia Binaghi

Autodefinida como artista